Los directores de inversión tendrán que adaptar sus estrategias a una inflación que se resiste a bajar, a un giro radical en la política monetaria de los bancos centrales y a otras incertidumbres de tipo geopolítico (Ucrania es la primera de una larga lista de focos de tensión) y sanitarias (el riesgo de aparición de una nueva variante de coronavirus sigue presente).